miércoles, 2 de marzo de 2016

El Senado: caro, malo y antidemocrático

El Senado: caro, malo y antidemocrático. Por David Gómez Salas

 Publicado por primera vez:  2009-06-25   

Los poderes ejecutivo y legislativo son malos, caros y antidemocráticos. Por cuestión de espacio comentaré en este artículo únicamente sobre nuestro Senado. En toda su existencia solo ha presentado un caso de valor y honestidad. Lo llevó a cabo el Senador Belisario Domínguez Palencia, quien se opuso al dictador Victoriano Huerta, asesino del presidente Madero. Incluso en esa ocasión los demás senadores se mostraron cobardes y cómplices del dictador; y no lo dejaron leer su discurso en esa representación nacional. Fue un caso de dignidad personal.
La Constitución de 1824, en el artículo 7º dispuso que el Poder Legislativo de la Federación estuviera depositado en un Congreso General, integrado por dos Cámaras, una de Diputados y una de Senadores. El artículo 25 mencionaba que el Senado se compondría de dos legisladores de cada estado, electos por mayoría absoluta de votos. Durando en su encargo cuatro años y renovados por mitad cada dos años. Y estos senadores no aportaron nada al país.
En octubre de 1835 la Constitución de 1824 fue abrogada y sustituida por las Leyes Constitucionales que, con un sistema centralista, mantuvieron la existencia de la Cámara Alta, pero deformada en un organismo aristocratizante y nulo, que parece definió su estilo, para siempre.
La Constitución de 1857 fue terminante y llevó a la supresión del Senado. El 13 de noviembre de 1874 el Senado de la República fue restaurado e inició sus trabajos a partir de la apertura del Congreso el 16 de septiembre de 1875. A partir de esta fecha la función del Senado ha tenido diversos cambios. La revolución de 1910 propició una reorganización del poder político, y en la conformación del Congreso Constituyente de 1917, se reafirmó y validó la existencia del Senado de la República. Y no pasó nada. Salvo los actos heroicos del doctor Belisario Domínguez Palencia, en 1913.
Actualmente el Senado se integra por 128 senadores, de los cuales, en cada estado y en el Distrito Federal, dos son elegidos según el principio de votación mayoritaria relativa y uno es asignado a la primera minoría. Es decir no gana el nombramiento de senador por mayoría de votos. Se consideró esta medida cuando el PRI ganaba todo y era necesario dar un espacio a los partidos políticos perdedores (todos los demás).
Los 32 senadores restantes son elegidos según el principio de representación proporcional, mediante el sistema de listas votadas en una sola circunscripción plurinominal nacional. Este procedimiento lleva a los cargos de senadores a políticos que no fueron nombrados mediante votación.
Total, únicamente 64 senadores son elegidos por los ciudadanos y son senadores de verdad, los demás no pueden ser llamados representantes del pueblo, de las entidades federativas. No son senadores.
Los senadores dirán que han aprobado reformas, sí pero lo hacen hasta que las leyes obsoletas existentes son tan impopulares, que no les queda otra que aprobar los cambios. Así que cuando presumen los cambios, los avances que ha logrado el país en todos estos años, no es gracias a ellos, es a pesar de ellos. Son el último trámite que lleva a cabo la población, para tener un país más justo y moderno.
Estimado lector, puede leer un resumen de la historia del senado en la dirección siguiente: http://www.senado.gob.mx/senado.php?ver=historia. Aquí encontrará la información presentada y observará que no menciona al Doctor Belisario Domínguez a pesar que el máximo reconocimiento que otorga el Senado, lleva el nombre de Belisario Domínguez.
En más de cien años, el Senado solo ha dado un hombre valioso el doctor Belisario Domínguez Palencia, que defendió con su vida la democracia en México.

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