lunes, 21 de marzo de 2016

LA CARIDAD, SEGÚN LOS JUDÍOS

LA CARIDAD, SEGÚN LOS JUDÍOS
Publicado el 2008-04-11 ---- Por David Gómez Salas
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La intención de este artículo no es dar consejos, recomendaciones, sugerencias, nada de eso. Solo deseo dar a conocer algunas de las 613 reglas que rigen la vida cotidiana de los judíos.
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Para los judíos la caridad es lo más importante. Ellos dicen que hacer justicia y derecho es más grato al Señor que hacer sacrificios ó penitencias.
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Para ellos el mandamiento “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” significa entre otras cosas: No hacer a los demás lo que no se desea para uno mismo. Ofrecer hospitalidad en el propio hogar, comida y albergue, cuando sea necesario. Visitar a una persona cuando está enferma ó en duelo (confortarla en su pena). Esforzarse personalmente para devolver a sus propietarios un objeto perdido. Proteger el dinero y bienes del prójimo para evitar que se pierda, destruya o dañe. Ayudar cuando la vida de un ser humano está en peligro, hacer todo lo posible y aún gastar sí es necesario. “No se puede permanecer ocioso en presencia de la sangre del prójimo.”
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Consideran deber moral dar caridad al pobre. “Si hubiera un necesitado entre tus hermanos, le abrirás tu mano y lo acogerás, sea extranjero o residente vivirá contigo. Es un deber alimentar y vestir a los pobres.”
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Si un pobre solicita caridad, no se debe dar vuelta el rostro para otro lado y evitar dar limosna. “No endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre.”
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Se exige a cada Judío hacer caridad de acuerdo a sus posibilidades. Aún cuando reciba caridad o se mantenga de la ayuda social, puede hacer caridad con algo mínimo.
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Si un Judío tiene apenas lo suficiente para su manutención, no tiene obligación de dar; ya que mantenerse a sí mismo, es primero a la obligación de mantener a otros.
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Para recibir ayuda, el pobre de la propia familia tiene prioridad sobre el pobre de la propia ciudad, el pobre de la propia ciudad tiene prioridad sobre el pobre de otra ciudad, y los pobres de la Tierra Santa tienen prioridad sobre los pobres de la diáspora (judíos que viven en otras partes del mundo).
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Está prohibido dejar ir a una persona pobre con las manos vacías, debe dársele por lo menos una pequeña cantidad. Si no se tiene nada para darle, se debe al menos mitigar los sentimientos de la persona pobre con palabras reconfortantes.
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La caridad debe darse con alegría y con simpatía. Sí se da con displicencia y con expresión sombría, aunque se trate de una magnífica suma, pierde mérito. “No serás de corazón mezquino, cuando des.”
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Está prohibido increpar con cólera a un hombre pobre o alzarle la voz, porque su corazón ya está destrozado y su espíritu quebrantado. “Desgraciado de aquel que avergüenza a un hombre pobre”.
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La forma más elevada de caridad es ayudar a mantener a una persona antes de que se empobrezca, ofreciéndole una ayuda sustancial en forma digna, otorgándole un crédito adecuado o ayudándole a encontrar un empleo o establecer un comercio, de manera que no se vea obligado a depender de otros.
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Es mejor que la caridad se otorgue sin vanagloriarse, sin que el pobre la solicite, y que se de con alegría.
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Una persona debe tratar de no convertirse en una carga pública y no depender de los demás. Incluso un sabio distinguido o una persona notable, empobrecida, deberán preferir un trabajo manual, antes de depender de la caridad.
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Sí no se puede subsistir sin recibir caridad, no se debe vacilar en aceptarla. Si una persona es orgullosa y renuncia a la caridad se le compara con aquel que se quita la propia vida.
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Es un deber religioso prestar dinero al pobre. No como una acción voluntaria, sino como obligación moral. Prestar dinero al pobre es más importante que la obligación de dar caridad a quienes la soliciten.
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Sí un hombre rico pide prestado, es un deber prestarle. Está prohibido exigir la restitución de un préstamo cuando se sabe que la otra persona no tiene aún los medios para hacerlo. Está prohibido diferir la devolución del préstamo cuando se posean los medios para pagarlo.
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La persona que tiene en su posesión fondos de otra, ya sea en calidad de préstamo que debe ser devuelto o como salario que debe ser pagado; y no lo hace, sino se demora, viola el mandamiento: “No oprimas a tu prójimo.”
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Espero que la información anterior contribuya a comprender y amar a los Judíos, Como siempre me refiero a los ciudadanos, al pueblo, no a los gobiernos.

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