miércoles, 2 de marzo de 2016

La curiosidad mató al gato

La curiosidad mató al gato. Autor David Gómez Salas
Publicado por vez primera el 2005-08-23
Este artículo lo dedico a quienes al expresarse recurren con frecuencia a los refranes. Reconozco que los uso poco, pero me llama la atención que su uso sea tan popular. Espero que estos párrafos resulten entretenidos para el lector.
Recuerdo a un amigo que hace 15 años estaba perdidamente enamorado, era muy joven pues, “un hombre tiene la edad de la mujer que ama”; además su mujer nunca envejeció y no perdió el tiempo, ya que “nunca se pierden los años que se quita una mujer, van a parar a cualquiera de sus amigas”. Apasionado mi amigo demostraba que “el hombre solo tiene dos ojos para ver a una mujer”. Decían que le iría bien de casado, yo pienso que “algunos matrimonios acaban bien, otros duran toda la vida”.
Hubo muchas personas que al verlo ciegamente enamorado expresaron que había sabiduría en el refrán que dice ”la mujer amada no tiene defectos, la que odiamos es la que carece de virtudes”, raro pues la mujer no era muy fea. Otros creyendo conocerlo y sintiéndose sabios opinaron, que con el tiempo cambiaría y tendría ojos para otras mujeres, según ellos “conocer a los otros no es más que ciencia; en cambio conocerse a sí mismo es inteligencia”.
Estos sabios opinaron sin tomar en cuenta que “el sabio convive con la gente sin criticar y el necio critica sin convivir”. Por eso es mejor seguir el consejo del músico que dice “no rompas el silencio si no es para mejorarlo”; o el consejo de la abuela: “el sabio no dice lo que sabe y el necio no sabe lo que dice”. En realidad no hay seres humanos con poca inteligencia, es cuestión de tiempo “todos los hombres son sabios; unos antes, otros después”.
Existen diversos puntos de vista. Recuerdo la opinión de las convenencieras del pueblo que decían “cuando el dinero habla, la verdad calla”; así que es probable te traten como sabio pues, “poderoso caballero es don dinero”. Bueno, nunca falta un envidioso que diga “Nada falta en los funerales de los ricos, salvo que alguien sienta su muerte. Todos saben que “cuando un médico se equivoca, lo mejor es echarle tierra al asunto”.
Sí todo es cuestión de enfoque entonces hay muchas interpretaciones, por ejemplo: para que pagues la cuenta de la cantina, los compañeros en el ejido dicen “disfruta hoy, es más tarde de lo que crees.”; también se dice “no dejes para mañana, lo que puedas tomar hoy”. Para seguirla es bueno decir “la última y nos vamos”, o bien compadre “sí caes siete veces, levántate ocho” (refuerza la autoestima).
Ya metido de lleno en interpretaciones recuerdo a un amigo administrador, que decía para informar bien, se necesita que “la información sea veraz, completa y oportuna”. En cambio la mala de la película decía (o solo lo pensaba) “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Si se desea poner a prueba la honestidad de alguien o si la honestidad propia está a prueba, recuerde que “si quieres conocer a alguien, dale poder”. Sí alguien habla bien de sí mismo debe recordar que “solo los brutos, se alaban ellos mismos.” Antes de proteger a un transa se debe tener presente que “nadie come lumbre”, y que “tanto peca el que roba la vaca como el que le jala la pata”. Es contradictorio decir que “al arca abierta el justo peca”, pues si roba no es justo. El trabajador flojo debe saber que “hay que trabajar ocho horas y dormir ocho horas, pero no las mismas”.
A los políticos es frecuente que les digan “de lengua me como un taco” (algunos hasta un plato). Se estima que ellos piensan que “el que no transa, no avanza”; que sus aspiraciones son “no quiero que me den, solo quiero que me pongan donde hay”. En mi colonia “todos quieren que el ex presidente regrese,…lo que se llevó”. Al despedirse sonría, pues “el que ríe al último, ríe mejor”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario